Walsh Colour Print en Castleisland (Irlanda) ha sido una de las primeras empresas gráficas del mundo en poner en servicio la nueva encuadernadora en rústica Alegro de Müller Martini.
Esta innovadora empresa familiar está ahora perfectamente equipada para la manipulación posterior de productos impresos en offset y digitalmente.
«Los tiempos de preparación cortos y la alta calidad de los productos finales», así responde sin dudar un segundo Tony Walsh, fundador y propietario junto con su mujer Pat de Walsh Colour Print desde 1991, a la pregunta de por qué la imprenta de offset líder de Irlanda se decidió espontáneamente el pasado mes de mayo en la drupa a adquirir la encuadernadora en rústica Alegro presentada en primicia mundial en el stand de Müller Martini. Una alta calidad es especialmente importante para los 102 trabajadores de Walsh Colour Print porque hace tres años la innovadora empresa se atrevió a lanzarse con su sello educate.ie en el mercado irlandés de libros de texto. Tony Walsh se propuso con ello tres objetivos:
➢ «Producimos libros de texto de alta calidad a precios asequibles para los padres».
«Ofrecemos apoyo a los profesores para los retos de la enseñanza actual».
➢ «Contribuimos a la creación de empleos en Irlanda».
Éxito rápido
Al respecto hay que saber, en primer lugar, que los padres irlandeses deben pagar los libros de texto de sus hijos y que, en opinión de Tony Walsh, dichos libros son demasiado caros; en segundo lugar, que cada escuela puede decidir a qué editorial quiere pedir sus libros de texto y, por último, que muchos libros de texto irlandeses son importados. Por eso, Tony y Pat Walsh tienen bajo contrato, además de 25 autores, no menos de diez vendedores, a fin de convencer a las escuelas de la alta calidad del acabado y de los contenidos de sus productos.
Y el éxito puede verse ya, al cabo de muy poco tiempo. Si bien el año pasado Walsh Colour Print vendió 250 000 libros de texto de su propia editorial, este año ha sido medio millón, y para 2013 prevén llegar a los 750 000. «Estamos más que satisfechos con esta evolución», señala Tony Walsh.
La segunda de las razones importantes para invertir en la nueva Alegro son los tiempos de preparación cortos, porque Walsh Colour Print produce la mayor parte de su volumen para otros editores y procesa para otras imprentas de toda Irlanda el grueso de los productos, la mayoría de ellos en formatos A4, A5 y B5. «Y nos damos cuenta de que, en algunos casos, las tiradas han descendido notablemente», señala el propietario de la empresa. A ello se añade que Walsh Colour Print se inició en el negocio de la impresión digital hace cuatro años y que actualmente tiene en funcionamiento dos HP Indigo 5500. Desde entonces, la empresa familiar también suministra regularmente libros con tiradas de 1 ejemplar.
Por esta razón, para suceder a la encuadernadora en rústica Monostar de Müller Martini, se necesitaba por un lado una solución para la manipulación posterior de productos impresos en offset de pliegos y digitalmente. «Pero, por otro lado, también buscábamos un sistema de alto rendimiento, porque en el sector de offset solemos imprimir varias decenas de miles de ejemplares por título», añade Tony Walsh. «La Alegro cubre todas nuestras necesidades en cuanto a tiradas grandes y pequeñas».
Además, según Tony Walsh, no hay que olvidar que Müller Martini ofrece un óptimo servicio postventa a través de su representación local Central Press Services Ltd., tanto para la Monostar como para las tres embuchadoras-cosedoras de Müller Martini (dos Prima y una 335).
Apenas cuatro meses después de la firma del contrato en el stand de Müller Martini en la drupa, Walsh Colour Print comenzó a producir en el extremo occidental de Europa en la nueva Alegro con alzadora de 18 estaciones, encuadernación con método PUR, sierra separadora para doble producción, guillotina trilateral Merit, apilador-contador de libros CB 18 y unidad de envoltura con film. Ya durante las dos primeras semanas de producción, los tres operarios de máquinas conocieron y aprendieron a manejar el nuevo sistema junto con técnicos de Müller Martini.
«Este aprendizaje in situ fue absolutamente perfecto, ya que de este modo nuestro personal se familiarizó con el funcionamiento de la Alegro en condiciones de producción. Y después, ninguno de ellos quiso volver a la vieja máquina», remarca Tony Walsh.
